Existen dos enfoques históricos de investigación en
ciencias sociales, el enfoque cuantitativo y el enfoque cualitativo.
En el primero de ellos, se fija únicamente en
situaciones, elementos, etc., observables y que permiten ser cuantificados,
utilizando por consiguiente una metodología empírico-analítica. Estas
investigaciones analizan los datos mediante pruebas estadísticas y, aunque pueda
resultar un poco abrumador, este tipo de investigación es el predominante en
educación (Latorre, del Rincón y Arnal, 2005:45).
Por otro lado, la investigación cualitativa se basa
en estudios que buscan el porqué de situaciones y acciones humanas o de la
propia vida. Relacionado estrechamente con la metodología interpretativa, ya
que tiene como finalidad descubrir el conocimiento y para ello trata los datos
de forma cualitativa y no cuantitativamente como la anterior (Latorre, del
Rincón y Arnal, 2005:46).
Muchos suponen que trabajar mediante los dos
enfoques es totalmente incompatible, ya que consideran que estos son rígidos y
que únicamente podemos elegir uno de ellos. Al igual que se debe elegir entre
concepciones generales, opinan que también debe elegirse un tipo de método.
Concebir como incompatibles dichos métodos limita y
condiciona a aquellos investigadores que por las necesidades y naturaleza de la
propia investigación sería fructífera la combinación de ambos. Según mi
opinión, la perspectiva de incompatibilidad se trata de un error ya que pueden
aportar muchos puntos positivos y aumentar la significatividad de la propia
investigación.
Por un lado, el hecho de promover ambas metodologías
de forma correcta ofrece una visión más rica y amplia. Cada uno de estos
métodos cuentan con una serie de limitaciones, por lo que la integración de las
dos supondrá un factor positivo. Por ejemplo, no podemos basarnos únicamente en
una investigación objetiva y rigurosa dejando de lado la subjetividad, sino que
ambos componentes son igual de necesarios para comprender la realidad
circundante. Así pues, una buena investigación debe combinar el rigor
cuantitativo con la creatividad y subjetividad cualitativa.
Esta concepción fue defendida por varios autores
como por ejemplo Campbell (1974) o
Einsner (1977), aunque quizás fue Trow (1957:338) el que supo expresar mejor
dicha idea[1]:
Cada
zapatero piensa que el cuero es lo único que importa. […] Pero deberíamos, por
lo menos, tratar de ser menos localistas que los zapateros. Prescindamos ya de
las argumentaciones de la “observación participante” frente a la entrevista
–como ya hemos renunciado en buena medida a las discusiones de la psicología
frente a la sociología– y prosigamos con la tarea de abordar nuestros problemas
con el más amplio despliegue de instrumentos conceptuales y metodológicos que
poseamos y que talas problemas exigen. Esto no excluye la discusión y el debate
respecto de la utilidad relativa de los diferentes métodos para el estudio de
problemas. Pero resulta algo muy distinto de la afirmación de una superioridad
general e inherente de un método sobre otro, basándose en algunas cualidades
intrínsecas que supuestamente posee.
En definitiva, no debemos estar sujetos a un único
método, sino que las características propias de la investigación así como la realidad
que nos rodea nos condicionarán a determinar la importancia de cada uno de los
elementos y la necesidad o no de combinar ambas metodologías. El investigador
debe tener la libertar de elegir libremente los componentes que les son
necesarios atendiendo de la mejor forma posible al problema de la investigación
al que se enfrenta. En suma, parece absurdo elegir entre un método cuantitativo
o uno cualitativo, acotando de este modo la significatividad de la propia
investigación.
Cook, D. y
Reichardt, H.S. (1986). Capítulo primero. Hacia una superación del enfrentamiento
entre los métodos cualitativos y los cuantitativos. En Cook, D. y Reichardt,
H.S. (1986), Métodos cualitativos y
cuantitativos en investigación evaluativa (pp. 25-58). Madrid: Ediciones
Morata.
Latorre, A.,
del Rincón, D. y Arnal, J. (2005). Bases
metodológicas de la investigación educativa. Barcelona: Ediciones
Experiencia.
[1] Cook, D. y Reichardt, H.S. (1986).
Capítulo primero. Hacia una superación del enfrentamiento entre los métodos
cualitativos y los cuantitativos. En Cook, D. y Reichardt, H.S. (1986), Métodos cualitativos y cuantitativos en
investigación evaluativa (pp. 25-58). Madrid: Ediciones Morata. p. 33