Como en cualquier otro ámbito, investigar en
educación es necesario para que se produzcan cambios con el objetivo de
mejorar. El concepto de mejor educación “es un constructo ideológico, por eso
la educación y la investigación pueden estar manidas de intenciones diversas”
(Imbernón, F., 2002:7).
En el texto que nos presenta Imbernón nos ofrece la
visión de un profesor con reflexión que aporte modelos educativos novedosos y
metodologías basadas en el aprendizaje. Asimismo, considera que el conocimiento
que se genera a partir de la propia investigación ha de compartirse para que
puedan verse beneficiados otros grupos que mantengan características similares.
Cada vez son más las investigaciones que buscan
respuestas a los problemas ocasionados en las aulas, y en muchas ocasiones son
los propios docentes los que cuentan con la capacidad de producir conocimiento
pedagógico basado en la propia práctica, siendo un agente activo en la propia
investigación.
Considero que la investigación es una herramienta
muy valiosa como formación del profesorado y además nos permite garantizar una
educación de calidad. Por esa misma razón, el docente ha dejado de ser un
agente pasivo en la investigación.
Podríamos decir que la necesidad de investigar en
educación viene dada por la curiosidad y en el momento en el que nos
preguntamos cómo se construye el aprendizaje y los efectos que produce nuestra
propia labor docente. Surge la necesidad de innovar y mejorar nuestra práctica,
ayudándonos a generar conocimientos y obteniendo de este modo diferentes
conclusiones relacionadas con el contexto y la realidad próxima.
De este modo, la importancia de la investigación
educativa recae en la mejora de la calidad educativa, tanto en el aprendizaje
que reciben los discentes como en la relación con las familias o la unión de
los especialistas de un mismo centro.
Así pues, la relevancia de los problemas que se nos
plantean no pueden quedarse al margen de la educación actual. Finalmente
quisiera compartir con todos vosotros una cita que considero que resume muy
bien la temática tratada:
“Sabemos muy poco sobre cómo la gente aprende y
sobre las diferencias en función del grupo de edad, el género y otras
variables. Necesitamos saber más sobre cómo la gente mayor y los jóvenes
aprenden. Es incluso una cuestión más fundamental ver cómo la gente adquiere un
sentido de identidad y cómo éste se puede desarrollar, haciendo que trascienda
a las actitudes más nacionalistas (…). La investigación sobre el mismo
aprendizaje es una gran prioridad, incluyendo las formas en las que las
Tecnologías de la información y la Comunicación afectan al aprendizaje. Esto
incluye cuestiones tales como ¿Cómo la gente aprende a aprender en vez en vez
de simplemente recordar hechos? ¿Cómo desarrollar métodos de formación que
permitan a los analfabetos de la UE tener acceso a los servicios de la sociedad
de la información?[1]”
Bibliografía
Bisquerra, R. (2004). Metodología de la investigación educativa. Madrid:
La Muralla.
Imbernón F. (2002): “La
investigación como proceso necesario para avanzar en la educación y formación
del profesorado”. En Imbernón, F. (coord.). La investigación educativa como
herramienta de formación del profesorado: reflexión y experiencias de investigación
educativa. Barcelona: Graó.
[1] European Commissions, 1996:52 en
Bisquerra, R. (2004). Metodología de la
investigación educativa. Madrid: La Muralla. p. 41