UNA MISMA PRUEBA PARA TODOS



En la escuela inclusiva también se plantean la evaluación, pues no es lógico ni justo que las pruebas sean iguales para todos, ya que partimos de la base que todos somos diferentes. A un alumno con capacidades más bajas o con unas necesidades específicas no podemos pedirle lo mismo que al discente que está por encima. Como bien dice el profesor en la viñeta, “para que la evaluación sea justa, todos realizaréis la misma prueba: vais a subir a ese árbol”, ¿realmente es eso justo? Para algunos/as la prueba es muy fácil, en cambio para otros será muy difícil.

Todos somos diferentes, por lo que no podemos exigir a todos por igual. Entonces llega el momento de adaptar también las pruebas, de eliminar las notas numéricas y rígidas. No deberíamos tener en cuenta solo un examen, pues lo que verdaderamente nos tendría que importar sería el proceso del alumno, los objetivos alcanzados y la evolución que ha llevado a cabo durante todo el proceso de enseñanza aprendizaje, sus logros. Por lo que creo conveniente acabar con las notas numéricas estandarizadas para todos, y confeccionar un análisis sobre el proceso del alumno en concreto, ¿o acaso el recibir un boletín con un simple número os explica la evolución de vuestro hijo? De todos modos, considero que se trata de un tema con demasiados inconvenientes y por ello no quiero adentrarme más.